Develop Your Energy. Sport Perfomance Consultants.

Entrena con tu planificación.
Entrena en base a criterios científicos.
Entrena para llegar a tus límites.
Entrena todavía más para superarlos.
D+E

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13.8.09

Más sabio.

Amanece. Suena el despertador. Los billones de células del organismo sienten el primer estímulo. Te levantas a por la bolsa de natación que ayer dejaste preparada. Todavía tus músculos están fríos. Se están poniendo en marcha. En tu mente comienzas a repasar la sesión de entrenamiento a la que te vas a enfrentar: 3000 metros en la piscina con una parte principal donde las series largas serán las protagonistas. Nadarás con y sin manoplas.

Aquí comienza el día de uno de los miles de triatletas que como cada año han marcado en letras rojas la fecha de celebración del Ironman. Ese gran momento con el que todos ellos sueñan. El fin que justifica todos los medios, todos los meses de preparación, todos los esfuerzos realizados, todas las horas imaginando cada parte de la competición.

No es de extrañar que esta filosofía de vida se extienda exponencialmente por todo el planeta. El estilo de vida que conlleva supone un verdadero compromiso con lo más importante: con uno mismo. Superar a diario la prueba a la que te somete cada entrenamiento es sencillamente, el mayor crecimiento que se puede experimentar a nivel personal, físico y mental, no sólo deportivamente hablando. Se trata de la parte más humana de cada individuo.

Tras la sesión que comenzó en la piscina llega el desayuno y después, para todos los triatletas que compiten en grupos de edad, es el momento de trabajar, de ganarse la vida. El entrenamiento se incrusta en cada jornada con tal potencia que una vez que se experimenta la sensación de mejorar tu rendimiento sólo esperas que llegue la siguiente oportunidad de colocarte las gafas de natación, subirte a la bicicleta o calzarte las zapatillas para salir a correr.

Esas mágicas sensaciones provienen de una mezcla cuidada de variables que implican tener en cuenta, por ejemplo, la nutrición que debe seguir un futuro finisher. Y es que, ingerir entre 2500 y 3500 calorías (de media) durante la fase de preparación de un Ironman no debe quedar al arbitrio de las apetencias del organismo sino bajo la cuidadosa elección de lo más adecuado en cada etapa de la preparación. El motivo es sencillo: en función de la energía que se aporte al organismo, responderá éste con su rendimiento.

Además, esa posibilidad de respuesta, esa posibilidad de adaptación a las cargas que en los tres sectores se ha de ir produciendo, desencadenará en las mejoras pretendidas que son las que determinan el aumento del rendimiento. Por ejemplo, mientras que en una persona sedentaria se pueden ventilar alrededor de 50 litros por cada minuto de esfuerzo, en un deportista con adaptaciones positivas al esfuerzo, esa cifra se puede multiplicar por cuatro, alcanzando los 200 litros por minuto. Mientras una persona poco entrenada dispone de una red de capilares (los puntos del sistema circulatorio donde se produce el traspaso del oxígeno a los tejidos) reducida, un triatleta que sigue una planificación adecuada puede multiplicarlos hasta el punto de que su metabolismo se vea significativamente beneficiado a la hora de producir la energía necesaria como para cubrir las tres distancias que dan como resultado la línea de meta del Ironman.

En definitiva, un proceso que se reparte a lo largo de los meses, que se consigue gracias al encadenamiento de microciclos de entre 12 y 30 horas de entrenamiento para los age-groupers, mientras que alcanza cifras de entre 30 y 40 horas semanales para los pros.

Tanto unos como otros se preparan para llegar a meta mientras se siguen conociendo, mientras se siguen descubriendo, mientras se siguen superando. Tanto unos como otros saben que se enfrentan al “monstruo”, a la prueba que les obligará a dar mucho más de lo que han dado entrenando, a la competición que les obligará a saber más de sí mismos. En definitiva, a ser más sabios.


Hotas de entrenamiento. Horas de esfuerzo. Horas de crecimiento. Horas para ser más sabios. (Foto: Rich Cruse en www.conradstoltz.com).