Develop Your Energy. Sport Perfomance Consultants.

Entrena con tu planificación.
Entrena en base a criterios científicos.
Entrena para llegar a tus límites.
Entrena todavía más para superarlos.
D+E

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16.2.10

Tiempo.

Tiempo. Todo se resume en tiempo. La palabra clave. El concepto que define gran parte de nuestros días. La idea que marca un porcentaje elevado de la sociedad en la que nos movemos. Tiempo. Todo se resume en tiempo.

Atraparlo, pararlo, retrasarlo, acelerarlo. Esos son los sueños de todo aquel que juega con él. De todo el que se somete a diario a la disciplina del cronómetro, de las pulsaciones o de la velocidad sobre el agua el asfalto o la tierra.

Esa autoexigencia, esa demostración de fortaleza interior te lleva hasta el Gran Día. Te acerca al momento en que los segundos comienzan a descontarse en el reloj que marcará la hora del inicio de la competición que te pone a prueba. De la secuencia definida por tus posibilidades para atravesar el líquido elemento, cortar el aire sobre dos ruedas y soportar el límite de la fatiga en cada paso mientras te acercas al momento de congelar las agujas del reloj.

La posibilidad de detener el tiempo es la idea que martillea tus neuronas una y otra vez entrenamiento tras entrenamiento. Y a más descargas eléctricas del tejido nervioso, mayor es tu ambición por congelar el crono. Es tu meta, es el objetivo que te marcas. Un reto alcanzable por muy pocos. Y sólo aquellos que se atrevan a desafiar a esa cuarta dimensión pueden intentar la hazaña de pararla. ¿El precio? Gotas. Gotas de tu esfuerzo. Acumulaciones de moléculas de agua que demuestren que tu voluntad por llegar al siguiente paso es mayor que la parte de ti que pide, fatigada, detenerse. Gotas que si durante tus entrenamientos tienen un gran valor, el día del Gran Triatlón valen tres veces más.

Y estás a punto de comenzar a derrocharlas. Vas a necesitar cada una de ellas. Y es que todo está a punto. Estás en la línea de salida moviéndote suavemente para flotar oteando cualquier señal que te indique que el silencio se va a romper dando paso al estruendo de miles de brazos golpeando el agua, de millones de moléculas de oxígeno atravesando los alvéolos para unirse con los glóbulos rojos que transportados por la sangre, viajan a toda velocidad empujados a golpe de latidos del músculo cardiaco.

Así, rodeado de miles de almas que, como tú, quieren retar al Gran Monstruo llega la señal que con su sonido pone en marcha el reloj que ya no dejará de avanzar implacable hacia el registro que con tu entrenamiento te hayas ganado. Enfundado en tu segunda piel de neopreno miras a través de tus gafas acuáticas el pulsómetro que rodea tu muñeca y que te hablará durante las siguientes horas, tanto para que aumentes el ritmo como para que lo reduzcas o lo mantengas.

El Gran Triatlón se ha puesto en marcha. Y partir de ese momento sólo tú tienes la posibilidad de detenerlo. El Ironman comienza. Comienza y no terminará hasta que recorras cada uno de sus momentos, hasta que recorras todo su tiempo.


Meta: lugar soñado. (Foto: http://www.trentsironmanteam.org/)