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13.7.09

Para ser uno de ellos.

Seis y media de la mañana. Hora de comienzo. El día despierta con la primera sesión de la jornada. Cronómetro en marcha y... ¡adelante!.
Esta es la fórmula. Este es el secreto. Este es el estilo de vida de todos aquellos que piensan y piensan en el Gran Día. El día del Ironman.

A partir de ese momento el triatleta, el futuro Finisher, rompe la calma para adentrarse en un mundo de exigencia, de compromiso consigo mismo. Es el camino. Es el único camino.
Las reacciones metabólicas se suceden para aportar al organismo todo lo necesario para seguir esforzándose, para continuar acumulando fatiga, para intentar, como fin último, aumentar el rendimiento.

Soñando con el Ironman el triatleta ha de seguir un recorrido fisiológico bien conocido: ha de mejorar sus vías de obtención de energía aeróbicas. Éstas son las responsables de aportar la mayor cantidad de energía durante los 3,8+180+42 kilómetros. Ellas tienen la clave para conseguir alcanzar el mayor rendimiento.
Se necesitan entre 4 y 6 meses de entrenamiento bien planificado para conseguir las mejoras orgánicas ideales para afrontar el Gran Reto: la prueba de un día más exigente del Mundo.
Durante ese proceso se busca, entre otros parámetros, optimizar la utilización del oxígeno en los músculos, acelerar la combustión de las grasas, aumentar los depósitos de glucógeno y fortalacer las estructuras funcionales lo sufiente como para soportar la carga límite a la que serán sometidas antes de cruzar la meta.

Innumerables reacciones químicas serán precisas para moldear el cuerpo del triatleta. Cerca de 3 millones de latidos ejecutará el corazón durante meses de entrenamiento para estar preparado para los aproximadamente 100.000 que dará el día del Ironman. Cientos de sesiones preparándose en el anonimato.

Desde las 6h30' de la mañana hasta el último entrenamiento de la tarde, todo tiene la misma finalidad. Todo está pensado para cruzar la meta. Todo, para ser un Finisher. Todo, para ser uno de ellos.




Normann Stadler "volando" en Hawai para coronarse por segunda vez Campeón del Mundo (2006). El triatleta alemán ha demostrado en varias ocasiones que el compromiso consigo mismo ha sido la clave para llegar a cada meta, para vencer llegando primero o para ganar siendo Finisher. Siendo uno de ellos. (Foto: Ironman.com).